Menotti, que antes del inicio del campeonato tuvo problemas con algunos equipos que pretendían llevarse a sus jugadores, consiguió proclamar a la selección argentina campeona al derrotar en la final a Países Bajos por tres tantos a uno. Tres días después tampoco superó el compromiso por el tercer lugar frente a Honduras (2-2), cayendo por la misma vía de los penales.