Aprendí muchas cosas que no sabía de la Historia de España y algunos paisajes de España. La mejor entrada de la historia en el Villamarín . Lo sé con certeza porque en ese momento recordé la charla que tuvimos el niño y yo en el descanso del último derbi en el Villamarín. Los verdiblancos tenían fuerza, pero les faltaba el último pase y cuando lo logró, el Villamarín se levantó de su asiento y se convirtió en el aliento de los suyos. Que lo sepan en el Betis, donde, según cuentan, podrían estar interesados en ficharle como director deportivo. Emery pedía calma y Calderón, con gestos evidentes, camiseta betis dia de andalucia ordenaba a los suyos que se fueran arriba para buscar la portería de Beto. Los de Emery no estaban finos al primer toque y Rakitic desaparecía porque se veía obligado a bajar para tener el balón.

En un despiste general, el balón le cayó al de Utrera y sólo tuvo que tocar con la izquierda ante un Adán que nada pudo hacer. Los de Emery repetían la misma jugada una y otra vez; tocaban con calidad y paciencia ante un Betis que se había metido atrás. Con las fuerzas justas, los locales reivindicaron su hombría y los de Emery apelaron a la seriedad y a su calidad. Con el partido descosido, el tiempo jugaba en contra del físico de los jugadores cuyas fuerzas se habían extinguido tras la lucha y la entrega mostrada. El partido pedía que el conjunto verdiblanco diera un paso al frente para sacudirse la incomodidad del marcador en contra y la ausencia de posesión: el balón apenas duraba en las botas de los jugadores locales. La que me van a dar mañana otra vez en el colegio».

Cómo iba a ser fácil si Eusebio, el entrenador de entonces, recibió a Roberto con un desafiante, a la vez que revelador de su mediocridad, «¿a qué has venido, a jodernos?». Y no sólo por el excepcional ambiente que se vivió en ambos encuentros sino porque el pase empezó a decidirse en invierno y acabó en primavera. El conjunto verdiblanco, mejor plantado que su rival, puso a prueba los impecables reflejos del guardameta sevillista. La afición de los eternos rivales de la ciudad del Guadalquivir fue testigo de un encuentro menos loco que el de la semana anterior. Tanto que el Sevilla forjó media remontada con los tantos de Reyes y Bacca (0-2) y forzó la prórroga.

A media hora para el final dejaba al Sporting a un solo gol de los octavos tras conseguir el 3-1 de penalti. La media hora extra no sirvió para conocer al equipo clasificado y el billete para estar en el bombo de este viernes fue fiado a los penaltis. Todo se decidió desde los once metros y aunque Adán marcó el camino a los suyos parando la pena máxima ejecutada por Vitolo, el Betis acabó tirando la eliminatoria en los penaltis. Adán paró el primero, pero los fallos de N’Diaye y Nono pusieron la puntilla. Como el ‘You’ll never walk alone’ que hay sobre una enorme verja en Anfield. Con lo que se pueden imaginar si se produce un fallo o un mal partido de Pedro.

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